CON LA ESPERANZA
EN MOVIMIENTO
LA DEMOCRACIA INVITA
En este tiempo y los próximos,
al filo de las elecciones y de los escenarios por venir
país y vida invitan y reclaman.
Lo colectivo pide sus mediaciones
para la construcción del campo democrático y popular.
Quienes nos reconocemos en una corriente
de raigambre honda en América latina
de cristianos comprometidos con los pobres
y con la transformación y la liberación
nos toca una parte de ese llamado
y una parte de esas respuestas que son preguntas.
Los obispos argentinos en reiterados documentos
han insistido en la consigna "queremos ser nación"
Declaración, exhortación, manifestación de deseo
también plegaria
que en distintos momentos de nuestra historia
con distintos acentos y matices
se ha hecho presente apelando
a intereses de actores concretos
cuyo poder e influencia ha sido –y es–
capaz de tocar la vida cotidiana
de todos los argentinos.
La consigna se reedita
y es relanzada en estas elecciones
las últimas de carácter nacional antes del bicentenario.
Como cristianos decimos que queremos ser nación
apostando a la democracia
pero no queremos encontrarla ya hecha y predefinida
por poderes que se presentan como dados
incuestionables e invisibles si les es posible
que se desmarcan de la arena democrática.
La queremos encontrar en los conflictos
contradictorios, inevitables, fecundos, abiertos
los muchos conflictos a los que la construcción de la sociedad invita y desafía.
Muchas veces se bendijo una paz y una armonía
que escondió la injusticia y silenció la verdad.
Demasiadas veces el diálogo
escondió las desigualdades.
Como cristianos queremos debatir, confrontar
y lo hacemos en el marco de esta democracia
con todos sus límites
no queremos ser fariseos puros
más bien pescadores a la orilla del lago y las redes.
Con todas sus desprolijidades vamos a votar
sin voto cantado pero cantando
sin iluminaciones extra terrenales
ni moralismos soberbios
con voto secreto y libre
rechazando las decisiones que se gestan e imponen
en secreto y desde las alturas.
Creemos en nuestro pueblo como una tarea incompleta e interminable
no como una identidad cerrada.
Queremos una patria con justicia social
con pan en la mesa de cada uno
de cada familia
con la seguridad del trabajo en la vida de todos
especialmente
fundamentalmente
de los más pobres.
Centro Nueva Tierra
junio de 2009