martes, 9 de octubre de 2007

Buenas Buenas del 9 de octubre...

Hola querida gente, como estan?
Para mi han sido dias raros en los que muchos
me iluminaron con sus palabras, sus mails, con su apoyo y aliento...

Pensaba en los 40 años de la muerte de Ernesto "Che" Guevara,
el Che... para algunos solo es ese rostro en una remera...
para otros solo un revolucionario loco...
"Me dirán aventurero y lo soy,
pero de los que ponen el pellejo
para mostrar sus verdades" (el Che)

Para otros alguien que lucho por sus ideales hasta el final...
¿Cuales son los ideales de los lideres de hoy?
Queria compartir algo que paso hace unos dias:
Quien apreto el gatillo para darle muerte se opero con medicos
cubanos de forma gratuita... mas alla de las vueltas de la vida,
todo un signo...Abajo una nota contando mas en detalle...

Y este mismo dia es condenado el sacerdote Von Wernich,
a reclusion perpetua por su complicidad
y participacionen los crimenes de la ultima dictadura...
que triste verlo vestido de sacerdote, siendo sacerdote,
a pesar de actuar tan lejos del evangelio
y mas triste x querer aparentar estar cerca
y aun mas que casi ningun compañero
salga a denunciarlo ni a marcar diferencia.
Peor aun, algunos mientan para defenderlo...
Que la Iglesia calle como hace 30 años... que dolor...
que no se defienda la vida por igual...
para mi como para muchos que creemos
y trabajamos en la Iglesia, como hacemos para congeniar esto?
Algo decia el mensaje que mande de algunos curas...
algo dijeron del obispado de Neuquen pero...
que dolor debe sentir Jesús, como crucificarse otra vez...
Fue un dia raro, en donde gano la justicia...
a pesar del dolor y del tiempo.
Abajo un articulo sobre el juicio a Von Wernich y su sentiencia.
Por ultimo la autocritica del Obispado de Neuquen.
Si pueden leanlos, estan interesantes.

UN ABRAZO

El militar que hace 40 años mató al Che Guevara en Bolivia
recuperó la vista gracias a médicos cubanos

Se trata de Mario Terán, el sargento que el 9 de octubre de 1967
disparó contra el jefe guerrillero en La Higuera.
Fue intervenido quirúrgicamente de manera gratuita por especialistas de Cuba.
Especialistas cubanos que trabajan en Bolivia operaron de cataratas al ex sargento boliviano Mario Terán, el hombre que ultimó a Ernesto Che Guevara en 1967, según informó el diario Granma órgano oficial del comité central del Partido Comunista cubano.
Terán fue intervenido quirúrgicamente de manera gratuita en un hospital de Santa Cruz, donado por Cuba e inaugurado recientemente por el presidente de Bolivia, Evo Morales.
El ex militar mató al jefe guerrillero el 9 de octubre de 1967 en la escuelita de La Higuera, tras ser hecho prisionero el día anterior, recordó hoy el diario, en un artículo titulado " Che vuelve a ganar otro combate".
Según el mismo admitió, en el momento de matar al guerrillero, tuvo que acudir al alcohol para llenarse de valor y poder cumplir la orden de matar a aquel hombre a quien vio "grande, muy grande, enorme".
"No tiembles más y dispara aquí, que vas a matar a un hombre...",
le dijo el Che al tembloroso militar, que fue operado por los médicos cubanos.
"Anciano ya, (Terán) podrá volver a apreciar los colores del cielo y de la selva, disfrutar la sonrisa de sus nietos y presenciar partidos de fútbol. Pero seguramente jamás será capaz de ver la diferencia entre las ideas que lo llevaron a asesinar a un hombre a sangre fría y las de este hombre, que ordenaba a los médicos de su guerrilla que atendieran por igual a sus compañeros de armas que a los soldados enemigos heridos, como siempre lo hicieron en Bolivia, al igual que antes lo había hecho en las montañas de la Sierra Maestra, por órdenes estrictas", opinó el diario cubano.
Según relató el Granma, el hijo de Terán envió una nota de agradecimiento a un diario boliviano agradeciendo a los médicos cubanos que le devolvieron la vista a su anciano padre...
"A cuatro décadas de que Mario Terán diera muerte a Guevara, y con ese crimen se intentara destruir un sueño y una idea, Che vuelve a ganar otro combate." Mas allá de toda ideología es un signo, una enseñanza que nos da la vida... Fuente: AFP
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El cura Christian Von Wernich demostró en su alegato final
que no abriga en su corazón blindado ni una pizca de arrepentimiento. Nada.
(Por Daniel Capalbo*09.10.2007)

No podía fallar.
Su corazón sigue siendo el mismo músculo maldito que latía fuerte en Concordia en los años de juventud, cuando aún no había tomado los hábitos, cuando ese muchacho antisocial de entonces, ese fascista constitutivo al que todos llamaban Queque (su sobrenombre), militaba en el nacionalismo oligárquico y atacaba a otros argentinos por el solo hecho de llevar apellido judío.Antisocial, un sociópata clásico según la definición más divulgada, un tipo caracterizado por tener conductas persistentes de manipulación, explotación o violación de los derechos de los demás, "a menudo implicado en comportamientos criminales". Tan criminal como Videla, Masera, Viola, Menéndez, Galtieri o Camps.En escasos diez minutos, y con total desprecio por los crímenes cometidos, el ex capellán de la Policía Bonaerense intentó sacudirse de culpa y acusaciones con una insólita pero estudiada homilía judicial. Dijo que en "2000 años de historia, ningún sacerdote de la Iglesia Católica Apostólica Romana violó los sacramentos". Y cuestionó sin más a los sobrevivientes que atestiguaron en este proceso legal.Advirtió, esta vez amenazante: "El testigo falso es el demonio porque en él está la malicia, no está la verdad, está preñado de malicia concibiendo la maldad", recreando la conocida posición de la Iglesia procesista que, encima, durante años ocultó y protegió a genocidas como el ex capellán. Pero habría que apuntar, sin embargo, que el único testigo falso en todo el proceso fue un cura que se presentó ante el tribunal para aligerar el peso de las decenas de historias que incriminaban a VW.Curiosa la lógica de la Iglesia, que defiende y milita sistemáticamente a favor de leyes antiabortistas enarbolando su apego por la vida, aún desde la concepción, cuando demostró, al menos durante los años de connivencia con la dictadura, que la vida de los que no comulgaban con ella importaba poco y nada.¿Quién podía ignorar desde su conducción que personajes como Von Wernich participaron entusiastas de la represión ilegal? Activamente. Por supuesto que hubo muy honrosas excepciones de obispos comprometidos (Hesayne, Novak, Angelelli). Sin embargo, ahora la verdad ahora tiene fuerza de ley.El Tribunal Oral que lo juzgó en La Plata probó que VW participó de 31 sesiones de tortura y fue cómplice de siete homicidios triplemente calificados, además de 42 privaciones ilegales de la libertad. La histórica condena a este cura, primer caso de un hombre de la Iglesia y por tanto emblemático para la Argentina, viene a cerrar el círculo moral. Sin verdad y sin justicia es difícil avanzar. Por eso sonaba a tibia la autocrítica oficial ensayada por la Iglesia en el año 2000, conducida entonces por el obispo Estanislao Karlic.En aquel mea culpa, la Iglesia pidió perdón por los "silencios responsables" y la "participación efectiva" de muchos de sus miembros, religiosos y laicos, durante los años de "la violencia guerrillera y la represión ilegítima que enlutaron a la patria". Perdón, dijo, "porque en diferentes momentos de nuestra historia hemos sido indulgentes con posturas totalitarias, lesionando libertades democráticas" y porque "con algunas acciones y omisiones hemos discriminado a muchos de nuestros hermanos, sin comprometernos suficientemente en la defensa de sus derechos".Algo es algo, pero ¿por qué no arrodillarse y reconocer que protegió directamente a los asesinos? ¿Por qué apelar a eufemismos si todos conocían nombre, rango y participación? Porque mientras esto sucedía, el cura Von Wernich había sido amparado ya desde el obispado de 9 de Julio en plena restauración democrática, y más tarde por alguno que, presumiendo que su caso en algún momento iba a ser materia de la leyes terrenales, permitió, favoreció, que saliera del país para ejercer su sacerdocio en un pueblo retirado y apocado de la cordillera chilena. Allí "el padre Christian" se llamaba Christian González, descubierto en su " exilio pastoral" por el periodista Hernán Brienza.Faltaba la justicia de los hombres de este defectuoso mundo. Porque la justicia divina parece estar reservada a quienes llevan sotana sobre el cuerpo y odio por adentro.*Editor ejecutivo de perfil.com

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Autocrítica de la Iglesia por el caso Von Wernich:
lamentaron el "silencio" en los años de dictadura

El obispado de Neuquén distribuyó un documento referido al caso Von Wernich, en el que se refieren a la " falta de participación pública en las demandas de los familiares de los desaparecidos".

05.09.2007
El obispado de Neuquén, que encabeza monseñor Marcelo Melani, lamentó "con dolor" el "silencio" de parte de la Iglesia durante la dictadura militar, en un documento autocrítico que se distribuyó en todas las parroquias de la provincia con motivo del juicio que se le sigue al ex capellán de la Policía Bonaerense, Cristian Von Wernich.
"Con dolor no podemos dejar de reconocer que, si bien no toda la jerarquía fue sorda al sufrimiento de tantos hermanos, no toda la Iglesia asumió esta actitud imprescindible para ser coherentes con lo que creemos y predicamos", señala la cartilla pastoral.
El documento fue elaborado por el Equipo de Pastoral Social del obispado neuquino que es coordinado por el párroco de la ciudad neuquina de Centenario, Rubén Capitanio, quien el próximo lunes declarará como testigo en el juicio a Von Wernich que se sigue en La Plata.
El texto recuerda la actitud de "compromiso en esa hora negra de la Patria" de obispos como Jaime De Nevares, Miguel Esteban Hesayne, Jorge Novak, Enrique Angelelli, Ponce de León y otros sacerdotes y laicos "fieles al Evangelio".
"Demasiado silencio, falta de participación pública en las demandas de los familiares de los desaparecidos, hacer oídos sordos al reclamo de justicia, provocaron que apareciéramos como cercanos a los dictadores de la muerte, mientras debíamos ser apóstoles de la vida", indica el documento.
En tanto, indica que "no se trata de juzgar nosotros al padre Cristian Von Wernich sino será bueno hacer memoria y pensar qué actitud tuvimos cada uno, nuestras comunidades y toda la Iglesia ante el avasallamiento de la vida y de los derechos más elementales".
"Será bueno reconocer que todavía hace falta unirnos como hermanos para, con la humildad del pecador que se arrepiente en serio, pedir perdón y reconocer que nos falta mucho para alcanzar la verdadera justicia y paz y una auténtica reconciliación", agregó.
Finalmente, el texto exhorta a que "esta actitud nos comprometa a que nunca más volvamos a callar, a permanecer indiferentes, a encerrarnos en nuestros miedos" y pide que " sepamos asumir la responsabilidad de anunciar el Dios de la vida 'cueste lo que cueste' defendiendo los derechos y la dignidad de todos los seres humanos".
Fuente: Télam

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